viernes, 24 de agosto de 2007

Guillermo Anderson quiere cantar en Cienfuegos

Si de algo más podemos lamentarnos en torno a la desunión que trataron de sembrar entre dos pueblos históricamente hermanos los gobiernos de turno en Honduras, serviles siempre a los Estados Unidos, después de la ruptura de relaciones con Cuba a inicios del triunfo revolucionario, es de no haber conocido antes a Guillermo Anderson.Pero las voluntades pueden más que los mandatos. A sólo unas horas del paso destructor del huracán Mitch (octubre-noviembre de 1998) por esa tierra, llegó la primera brigada de médicos cubanos, quienes fueron -y otros permanecen aún hoy- a los sitios más apartados de la geografía hondureña. Y revivieron entonces los lazos indestructibles de hermandad. Afloró la presencia en ese país después de la Guerra de los Diez Años, de Antonio Maceo, Flor Crombet, Máximo Gómez, Juan Ríus Rivera, José Joaquín Palma y otros patriotas de la Isla. Se rompieron mitos y leyendas, y los lazos fueron entonces más fuertes e indestructibles para siempre.Aún así, tampoco conocemos a Anderson en toda la medida que amerita el extraordinario valor de su música, pero sus composiciones y la forma genuina y peculiar con que la hace, nos llega algo más con la presencia en Cuba de cientos de jóvenes hondureños que cursan la carrera de Medicina, fundamentalmente en la capital del país y en la ciudad de Cienfuegos.Guillermo es hoy la figura musical más importante de Honduras.Con la influencia del alegre puerto caribeño de La Ceiba, su ciudad natal, él y su grupo fusionan las percusiones de la etnia garífuna (originaria de la isla de San Vicente, descendiente de esclavos africanos y asentada en la costa norte de Centroamérica) con sonoridades caribeñas contemporáneas. Los conciertos de este cantautor, tanto a voz y guitarra como junto a sus talentosos músicos, celebran el amor, la naturaleza y la vida.Resulta imposible hablar de música hondureña sin mencionar su nombre. La calidad, compostura y prestigio mantenidos posibilitaron que fuera nombrado Embajador Cultural de su país ante el mundo.Los especialistas de los medios de difusión lo consideran una revelación de la música en la región centroamericana y el más cosmopolita y caribeño de Honduras. Los personajes principales de sus canciones son pescadores, sirenas, campesinos, viajeros, regiones naturales exóticas...Ha declarado que hoy es el momento ideal, dada la situación mundial, para hacer música esperanzadora. "Compongo mejor desde el afecto y la alegría, desde el sentido del humor", afirmó a un portal de Internet costarricense.De él tuve referencias muy elogiosas en las ocasiones que he estado en Honduras, mas sus compromisos internacionales y mis funciones periodísticas por todo el territorio de ese país impidieron el encuentro deseado. Pero ahora, Guillermo, con la gentileza que lo caracteriza y a sabiendas de que en territorio cienfueguero hay muchos jóvenes de su país formándose como médicos, accedió a responder vía e-mail las preguntas que presentamos a continuación.Usted le ha cantado a la olvidada Mosquitia, donde permanecen hoy los médicos cubanos. ¿No le duele que sólo uno de cada cuatro hondureños conozca esa preciosa región?"Me duele mucho. El olvido y el aislamiento que ha sufrido nuestra gente de la Mosquitia son tristes. Es irónico que una zona tan desconocida de pronto sea declarada Patrimonio Universal por la UNESCO. Me alegra cómo a través de mi trabajo muchos jóvenes hondureños especialmente, hayan escuchado hablar por primera vez no sólo sobre el tesoro natural que es el lugar, sino también sobre la gente, las culturas y la música de esa región".¿Qué encontraremos en el documental que tratará sobre su vida y será filmado próximamente?"Más que todo, sobre el mundo del cual vienen mis canciones. A veces es necesaria una ayuda audiovisual para que la gente comprenda de una forma mas completa la obra de uno. Es una gran oportunidad para compartir con la gente muchas de mis inquietudes que no alcanzan a expresarse en un disco".Como los cienfuegueros en Cuba, quienes residen en La Ceiba, ciudad donde usted nació y vive, se caracterizan por adorar su ciudad, ¿qué siente usted por ella?"Bueno, yo tuve una gran suerte de tener una infancia bastante saludable y feliz en este puerto, que al norte tiene al Caribe y al sur una montaña de bosque tropical. Crecí en un puerto que tenía poco contacto con el resto del país y desarrolló una manera de ser muy propia. La gente aquí de veras es más amable y alegre. Crecí escuchando tambores garífunas, boleros y los cuentos de mi abuela. Sólo puedo sentir amor por esta ciudad y preocupación por sus problemas".Por lo que me han contado y he leído, la petulancia que caracteriza a muchos artistas no va con su personalidad, ¿cómo se autodefine?"Creo a veces que es cuestión de formación también. Tuve maestros que me aconsejaron bien y uno llega a entender que el oficio de artista y el ser conocido no necesariamente te pone en un plano superior a los que no lo son. Además, el tener los pies en la tierra es parte de mi propuesta, de la misma manera que es el haberme quedado a vivir en La Ceiba y no haber hecho caso a los que me recomendaban irme 'a triunfar' a Miami o al Distrito Federal. Además, paso involucrado en varias organizaciones comunitarias y eso también ayuda a estar en contacto con otras realidades".Su música se difunde por el mundo y usted realiza giras constantes, ¿por qué Cuba no ha estado más en su programa?"¡Porque no me llegan más invitaciones! Cuando me invitó Vicente Feliú no lo pensé dos veces. Yo mismo conseguí los boletos y me fui con mi tamborista garífuna. Encontrarse uno con Cuba y con su gente es como encontrarse con un viejo amigo o un pariente que no conocías. Además, Cuba ya me era muy familiar a través de sus historiadores, escritores, y claro, de su música".Se aprecia en usted las aptitudes de un escritor no sólo de canciones, ¿piensa en algún libro o quizás en el periodismo?"Estoy por presentar la segunda edición de mi libro 'Bordeando La Costa', una serie de notas de viaje, algo de biografía e historias que me han contado los pescadores. Se ha vendido muy bien y eso me estimula. Quiero seguir escribiendo. La bitácora de mi sitio web es un ejercicio para seguir haciéndolo".Se fortalecen las relaciones entre los pueblos de Cuba y Honduras, ¿cómo aprecia esa realidad desde su perspectiva de artista popular?"Honduras no se puede dar el lujo de no fortalecer las relaciones con un país que sólo nos ha sabido dar. Mucho antes de la política y de la guerra fría somos pueblos hermanos, unidos por lazos más profundos".En Cienfuegos hay cientos de jóvenes hondureños estudiando Medicina, ¿le gustaría cantarles acá?"Claro que sí. Ya tuve la experiencia con nuestros estudiantes en La Habana. Hoy me los encuentro ya graduados y ejerciendo en Honduras, y me cuentan lo que significó para ellos escuchar mis canciones en ese momento de sus vidas".Ojalá esta decisión de Guillermo Anderson encuentre oídos receptivos en quienes pueden organizar su presentación en este territorio. Se lamentaría mucho tener que decir, como los indios misquitos hondureños: "latwn kaikaia (mirar con dolor)", al sentir pasar el tiempo y no tenerlo por acá, para que los jóvenes hondureños y también los cienfuegueros tengan la posibilidad, de primera mano, de apreciar su música, disfrutarla y comenzar a admirarla.Estoy seguro que Anderson se sentirá a gusto, porque las ciudades de La Ceiba y Cienfuegos son muy parecidas en su estructura arquitectónica y, sobre todo, por tener tan cerca el Mar Caribe. Él dijo una vez: "La nostalgia será siempre azul". Quizás el intenso añil de la bahía de Jagua le sea motivo de inspiración para una nueva letra. Nada mejor.